Excelentísima
y no muy estimada Presidente, Cristina Fernández de Kirchner. Considerando que
es Ud. una asidua usuaria de las redes sociales, he decidido enviarle este
¿breve? (el uso de los signos lo copio de Ud.) texto con algunas impresiones
personales y críticas constructivas.
Hay un
viejo dicho que se le atribuye a Groucho Marx, pero que parece que es original
de M. Twain, que dice que es preferible quedarse callado y parecer estúpido,
que hablar y despejar toda duda. Yo no sé quién la asesora, si es que Ud.
necesita ser asesorada en cuestiones de imagen (imagen personal que, nobleza
obliga, hasta hace unos días seguía siendo muy buena para un sector
considerable de la población), pero la están asesorando, francamente, mal. O
quizás, como insinúa Graciela F. Meijide, está siendo Ud. asesorada por los
enemigos (o, más grave aún, por H. Timerman); cosa que no me parecería ilógica
considerando la cantidad de amigos, que luego fueron sus enemigos, que
volvieron a ser sus amigos nuevamente, con quienes finalmente se terminó de
enemistar, que ha tenido a lo largo de su vida pública. Qué se le v´hacer, son
los vaivenes de quien ve la política de manera maniquea. En fin, debe ser
difícil vivir aislada en el poder sin saber en quién confiar ni a quién
creerle. Créame que la compadezco.
Volviendo,
digo que la están asesorando mal, en mi humilde opinión, porque criticable o no
criticable, Ud. y su marido esquivaron bultos importantes durante sus años de
presidencia en la soledad del sur (las tragedias de Cromagnon y de Once, por
citar dos que fueron y siguen siendo particularmente dolorosas). Cuando la
sociedad reclamaba estadistas que aportaran seguridad y paz, simplemente
desaparecían ante la inmensidad de estos problemas y la cara la ponía otro. No
tenían que hacer malabares imposibles, como Scioli. Simplemente no estaban. Y
la verdad que mal no les fue.
Sin
embargo, algo cambió. Después de ser acusada por el fiscal que investiga la
causa de la AMIA hace 10 años (fiscal que puso su marido durante su
presidencia, ¿se tratará, acaso, de uno de esos agraciados/desgraciados que
cayó en la dialéctica de amistad/enemistad? Quién sabe... no es fácil
preguntarle ahora a un suicida/no-suicida) de dirigir el encubrimiento de los
culpables del mayor atentado de la historia argentina y de que este fiscal
falleciera, en circunstancias "dudosas", el día anterior a presentar
las pruebas ante los legisladores y representantes del Pueblo de esta Nación,
ha optado Ud. por hablarnos, a todos, a través de Facebook y Twitter.
Citándola, permítame decirle que pensé -aunque lo hice en español, pero
prefiero la cita original ya que, como explica en su carta respecto al inglés,
la economía de vocabulario tiene sus ventajas-: "Oh my God, it´s too
much!" Pensé eso por el medio que Ud. eligió para hablarle al Pueblo
argentino: necesitábamos, idealmente, una conferencia de prensa, pero nos
conformábamos con una cadena nacional. Su carta no era tan larga, como explicó
Aníbal Fernández, como para que la usara. Recuerdo con mucho cariño la cadena
de 3 horas, muy didáctica por cierto, cuando nos explicó el afano de Papel
Prensa por parte de los medios hegemónicos durante la dictadura. Esos sí que
eran chorros y se quedaron con lo ajeno SIN hacer uso de la circular 1050 del
Banco Central ni de otros mecanismos institucionales de los dictadores
genocidas. Ante todo, ¡Verdad, Memoria y Justicia! El medio, en el fondo, es un
medio. El problema mayor se presentó cuando leí la carta... Y más complejo me
resultó todo cuando leí la segunda carta, publicada hoy. Groucho Marx, o Mark
Twain, tenían razón: a veces es preferible el silencio. Dice Ud. que la
denuncia del fiscal llegó a sus manos al mismo tiempo que al resto de los
argentinos y que eso es un saludable signo democrático. Sin dudas, pero más
saludable hubiese sido que el fiscal viviera para hacer su presentación ante el
Poder Legislativo. Bueno... ¡no nos quedemos con los detalles! Es imposible
satisfacer a todos.
Lamentablemente,
como dijo la fiscal Fein, no había rastros de pólvora en las manos de Nisman. Y
hay que admitir que es raro dejar una lista de supermercado para el Lunes,
cuando uno el Lunes planea estar muerto. Ni hablar de pedir prestada un arma
cuando se es dueño de otras dos, una de mayor calibre -a veces el tamaño sí
importa-, o de enviar fotos de escritorios cargados de resaltadores y textos,
signo de la preparación de una presentación que no se tiene planeado hacer.
Coincido con Ud. y me sumo a su convencimiento (el de 80% de los argentinos
desde el principio -que serían algo así como todos los habitantes de nuestro
suelo, exceptuando a los funcionarios públicos y empleados estatales, dentro de
los cuales cuento a periodistas, comentadores de internet profesionales y a
Alex Freyre, que no sé bien cómo catalogar y sería una mezcla de mal gusto de
todo lo anterior): no se trató de un suicidio. "El suicidio no es
suicidio" podría, tranquilamente, ser una máxima hegeliana o una estrofa
del Indio Solari, un poco más Nac&Pop. El punto, Sra., es que Ud. era la
primera acusada de encubrir a un régimen semidictatorial y un tanto teocrático
por un atentado terrorista... Y el muerto que la acusaba no se suicidó. Qué
problemón. Quizás, digo, sería bueno que su próxima carta (si ya usó Facebook y
Twitter, la podríamos divulgar por Instagram o por Pinterest), nos explique a
todos, con sumo detalle, porqué Ud. no tiene nada que ver. Y que aporte todas
las pruebas necesarias para su efectiva defensa. Los datos de exportaciones,
etc. no sirven de mucho porque el fiscal alcanzó a explicar, con sus últimos
suspiros, que el pacto había caído en desgracia porque somos tan ineficientes
que necesitamos ayuda hasta para delinquir. Lamentablemente, recae sobre Ud. un
manto de tremenda sospecha. No alcanza con tratar de embarrar la cancha
"involucrando" al PRO (vía Moscariello) o al multimedios Clarín (ya
sea por sus tapas en el diario homónimo o por las actividades comerciales de
algún directivo ignoto): hay que hacerse cargo. Ya que está en ese plan y como
Ud. bien dice: "los socios comerciales, a diferencia de la familia, sí se
eligen", sería apropiado que hiciera algunas aclaraciones en ese
sentido... Insisto, no sé quién la asesoró, pero ¡Ud. se mete sola en cada una!
¿Será aplicable, también en Argentina, eso que se escucha en las películas del
imperio: "todo lo que diga puede y será usado en su contra en los
tribunales"? Esperemos que no... Sino, no se preocupe, está Burlando.
Perdón por la familiaridad, Burlando es un abogado, no la cagada de risa que se
están pegando del pueblo hace años.
Aprendo
de los mejores, por eso, al igual que en su carta, gusto de ir mencionando
temas que no tienen nada que ver y dando consejos que nadie me pidió... Vuelvo
al asunto de este fiscal presuntamente suicidado/asesinado. El hecho de que el
Secretario de Seguridad, máximo responsable -de hecho, porque nadie sabe quién
se sienta en el sillón de Ministro en ese ámbito- de la seguridad del fiscal,
haya entrado al departamento antes que la jueza, no hace más que multiplicar
nuestras dudas. No ahondemos en el organigrama, pero ¿los sectores acusados son
los mismos que los que se suponía que debían proteger al fiscal? La lista de
irregularidades es demasiado extensa como para enumerar cada cuestión en esta
carta. Pero sabe de lo que le hablo. Hay mucho para aclarar. Ahora que ya dio
la cara, mi no muy estimada Sra. Presidente de mi sí muy querida y estimada
Patria, lamentablemente va a tener que aclarar todo; garantizar la
investigación a fondo (o "a full", como prefiera), tanto de las
acusaciones de Nisman como de su dudosa muerte; habilitar el juicio de los
iraníes prófugos; romper relaciones con el país de los asesinos (especialmente
ahora que ya no necesitamos con tanta urgencia el petróleo, que nos faltaba a
causa de la no-inversión que siguió a la aplicación de políticas de subsidio y
energéticas incorrectas, durante la gestión de su esposo); crear comisiones de
investigación; pedir el desafuero de todos aquellos que no pueden ser juzgados
por estas cosas; entre muchas otras cosas que sus ¿buenos? asesores deberían
recomendarle para demostrarle a todo el mundo, al Pueblo argentino (único y
verdadero soberano) y sobre todo, a Ud. misma, que vivimos en una república y
que lo nuestro es una democracia en serio.
No la
aburro más con esta carta, Dra., porque la apremian responsabilidades
mayúsculas y no quiero que pierda tiempo leyendo una carta en Facebook.
Aprovecho para desearle un muy feliz 2015, que, como vemos, ¡arrancó con todo!
Atentamente,
Santiago
A. Sena