domingo, 7 de agosto de 2011

¿A quién voy a votar?

(Es una entrada cien por ciento discutible. No soy un maniqueo político y no me parece que de un lado estén los buenos y probos y del otro haya gente desdeñable y horrible. Creo que en política hay muchos grises y no porque sea un Borocotó cualquiera, sino porque hay que saber escuchar, mirar la realidad -la única verdad según Aristóteles y según el General- y, si hace falta, saber, con mucha humildad, cambiar de opinión cuando los hechos demuestran algo)

Últimamente tengo un deja vú político, no pasan más de quince o veinte minutos en los que estoy hablando con alguien cuando viene la pregunta inevitable: "¿a quién vas a votar? ¿por qué?". Se me pasan mil ideas por la cabeza y se inicia un diálogo que tiene mucho de lo que viene a continuación.

Es que se acerca el domingo 14 y se vienen las primarias. La verdad es que si bien hay algunos videos e información dando vueltas, nadie sabe del todo bien qué es lo que se vota y ni porqué se vota el domingo que viene. Simplemente sabemos que hay que votar, aunque poca influencia (eso creen muchos) tengan estas elecciones en las de Octubre.

La cuestión es que, casi como quien no lo quiere, se nos presentan una multitud de opciones, tanto a nivel presidencial, como legislativo, provincial y municipal. ¿A quién votar? En democracia, esa es la cuestión... Me parece muy rico poder dar una respuesta fundamentada a esas preguntas, acá va mi intento:

Voy a enumerar una serie de razones por las que, de entre todas las opciones, la posibilidad de votar a Duhalde para Presidente me parece la "menos mala".

Empecemos por aclarar que si estuviéramos en el 2015 y las opciones para "presidenciables" fueran Macri, Urtubey, Massa o Scioli, Duhalde sería mi última opción. Lamentablemente, estamos en el 2011. Mis opciones se debaten entre Cristina, Binner, el hijo de Alfonsín, Rodríguez Saá, Carrió y algún que otro último candidato que en este momento no recuerdo. A pesar de que los políticos estén muy devaluados, los candidatos que tenemos no son tan malas opciones. Hay gente de principios rectos y coherencia de vida, como Carrió y Binner; buenos administradores, como el mismo Binner y Rodríguez Saá; representantes de partidos históricos, como el hijo de Alfonsín y Duhalde. Hay candidatos con suficiente aparato como para poder presentar una buena elección y, si se diera el caso, gobernar en orden, como Cristina y, otra vez, Duhalde. En fin, según cómo se lo mire, todos tienen algo bueno que rescatar. Tenemos que encontrar las cosas buenas de cada uno, sino, corremos el riesgo de hacer una crítica meramente ideológica, incapaz de ver las luces y sombras de cada uno. Al fin y al cabo, primero hay que informarse, conocer a los candidatos, su procedencia, sus logros de gestión, sus chanchullos y después, a conciencia, elegir lo que uno crea que sea mejor para nuestro querido (no más "amado") país.

Me gusta la Asignación Universal por Hijo (no como se implementó, pero sí como proyecto), me gusta el Plan Conectando Igualdad, me gusta el apoyo al mundo artístico mediante leyes que protegen al actor y soy fanático del apoyo al mundo científico y de la vuelta al país de cientos de intelectuales y hombres de ciencia. El nuevo predio del Conicet en bodegas Giol me ilusiona... Sin embargo, no votaría a Cristina. Nunca. Ocho años de "modelo" a una tasa de crecimiento infernal a pesar -no a causa- del matrimonio gobernante, no trajeron su correlato en infraestructura, en mejora de las condiciones laborales, descenso de la pobreza, de la tasa de empleo informal, mejora en calidad educativa (más bien lo contrario), industrialización, real redistribución de la riqueza y un larguísimo etcétera, sino más bien un país que depende de un consumo exorbitantemente artificial, sin posibilidad de créditos blandos y que se lleva puesto algún activo importante de la población cuando le hace falta caja, como las jubilaciones, que después pagaron las obras de las Madres... Ni siquiera es un país que se "conoce a sí mismo" porque se miente a sí mismo mediante un INDEC intervenido. Subsidios mal distribuidos son otro ejemplo de una "política económica" que tiene poco de los segundo y mucho del primer término (en este país los pobres pagan el gas 10 veces más caro que los ricos y todos pagamos el transporte por igual; la Asignación Universal por Hijo no salió con las medidas que imposibilitaban la opción de usarla clientelarmente como propuso la Coalición Cívica sino que se usa para mantener la pobreza funcional al gobierno: la mayoría de los chicos que se habían re-insertado al mundo escolar ya no van más. Es lógico, los padres se dieron cuenta de que si no van, no pasa nada). Ni que hablar de los presos políticos, del desorden, de los 14 muertos por represión en protestas callejeras, de los altísimos índices de corrupción, de la crispación constante, del gobierno por decreto, de la parálisis del poder judicial, del mal uso de los medios de comunicación oficial y de tantas otras cosas que no me agradan mucho de este gobierno.

Me queda la oposición... ¿A cuál elegir?

Rodríguez Saá es funcional al gobierno kirchnerista. Por eso se presento en las listas internas del peronismo para pelearle el puesto a Duhalde y por eso recibió el apoyo masivo de los kirchneristas del PJ. Su familia gobernó por tres decadas una provincia bien organizada y con una tasa de desempleo envidiable hasta para el primer mundo. Su política con los pueblos originarios me pareció acertada y pacificadora. Sin embargo, detrás de las rutas doble mano que recorren la provincia, se esconde la tasa porcentual de trabajadores del Estado más alta del país. O sea que los que no están desocupados, no lo están porque trabajan para el Estado. No me quiero imaginar las consecuencias de extrapolar una política tan irresponsable al total del país: el actual gasto público (ya insostenible) se tornaría aplastante. Supongo que la maniobra política detrás de la candidatura de este provinciano no debe ser más que un buen arreglo con el oficialismo, a cambio de que baje las posibilidades que el otro gran actor peronista acceda al ballotage. En otras palabras, que Rodríguez Saá -que sabe que no va a ganar- le coma la mayor cantidad de votos a Duhalde termina beneficiando a Cristina en Octubre. Quien lo vota, inevitablemente, termina siendo funcional al oficialismo.

Binner es un socialista por definición: tiene las virtudes del peronismo pero no roba. Aunque los peronistas no lo entiendan, realmente cree en lo que dice y vive de acuerdo a eso. Trabajó por las instituciones y gobernó bien la provincia de Santa Fe. Sería un gran candidato pero no lo conoce nadie y no tiene proyección nacional. En la coyuntura actual, no me animo a pronosticarle más del 5%. En su propia provincia su candidato a duras penas le ganó a un humorista, nobel en política, por tres puntos y medio. Además, (y este es, definitivamente, un "contra" muy grande desde mi propia cosmovisión) promociona el aborto a pesar de ser médico. Por lo que no podría votarlo ni darle mi apoyo, jamás. Me cortaría una mano antes de ser el involuntario propulsor de ningún tipo de genocidio.

Carrió no hizo una mala elección en el 2009 cuando hubo que renovar legisladores en diferentes niveles. Es una mujer capaz y formada. Sin embargo, no propone mucho y nada le viene bien. Incluso sus legisladores suelen imitar su estilo confrontativo y poco constructivo: muy útil como oposición controladora, pero muy poco práctico como partido gobernante. No me imagino un gobierno de la Coalición Cívica en el poder por mucho tiempo. Sin ánimo destituyente, los idealistas a las ideas, los políticos a los gobiernos. Nada más. Un poco de realismo no le hace mal a nadie. Me parece un espacio político que suma mucho en el lugar donde está: la oposición.

Me quedan el hijo de Alfonsín y Duhalde. Qué dúo. Hablamos del Duhalde que, como bien me señalaron mis amigos Foca y Fede Thompson, no tiene el más mínimo respeto por las instituciones ni la democracia: se llevó puesto un presidente en el 2001 mediante los saqueos. Por otro lado, el hijo de Alfonsín tiene tanta experiencia política como yo manejando portaaviones: creo que no termina de entender a qué se está postulando ni lo que eso implica. Su mayor mérito, a mi modo de ver, es ser "hijo de". Y quizás por la educación familiar o vaya a saber uno porqué, ser "hijo de" no me parece un logro que caiga sobre el esfuerzo y el mérito personales, sino que es casi un título nobiliario. Me suena tan mal. Ser "hijo de" es medio insulto, qué mal empezamos...

El partido radical ya de por sí, por principio, no me gusta. Me siento más peroncho, más amigo de la Justicia social, de la Doctrina Social de la Iglesia, de los movimientos de masas, de la redistribución. Llámenme bruto, pero ese radicalismo con olorcito laicista no me gusta. ¿Qué hicieron los radicales por el país? A mi modo de ver: mucho más los de principios del siglo pasado que los de finales. Si estuviera Yrigoyen dando vueltas, lo pensaría... Alfonsín (padre) fue muy importante a su manera, pero de las cosas que le agradezco, la principal es haberse puesto firme respecto a la definición de persona desde la concepción. Ahora, una cosa es el padre... ¿Y el hijo? Ese es con quien Néstor soñaba llegar a un ballotage. Yo no lo quiero en el ballotage. No lo veo capaz de gobernar y sería trágico que ese modelo insostenible le explote a otro radical que nos traiga diez años más de kirchnerismo. No, gracias.

Entonces... ¿Duhalde? No me gusta nada. Pero lo veo capaz de gobernar. Tiene aparato para presentar una buena campaña y, por tanto, una buena elección. Tiene una muy mala imagen que lo complica para el ballotage, pero si la elección se polariza mucho, quizás...

No es un santo de mi devoción, pero entre un peronismo kirchnerista y uno duhaldista, me quedo con la segunda opción. Una de mis premisas es que son los dos únicos sistemas capaces de gobernar y de mantener el orden. Ambos son verticalistas, personalistas y corruptos. Sin embargo, dudo que 8 años de duhaldismo con crecimiento del 8% en promedio permitieran que hubiera gente, en un país de 40 millones, que siembra y cosecha alimentos para la mitad del mundo, se muriera de hambre. Sinceramente, qué modelo de mierda el de Néstor y Cristina. Corruptos, demagógicos y, además -pecado radical-, ineficientes.

De todos los candidatos para Octubre, sinceramente creo que el mejor para nuestro país, hoy, es Duhalde. Y no soy duhaldista. Sin aprobar su gestión en la Provincia (ni reprobarla) ni tomarlo como un referente moral, me parece que es el único que reúne las características para poder gobernar. Cuando las papas quemaban en el 2001, después de tres presidentes que duraron una semana, agarró la batuta y no dejó el infierno del que Néstor se quejaba, sino un país sin déficit fiscal, devaluado y con corralito: todas muy impopulares pero necesarias condiciones para gobernar. Cuando hizo falta coraje, se puso la camiseta y dio la cara. No es poco. Tomó un país al borde de la guerra interna y dejó un país, anticipadamente y por la muerte de los piqueteros en Avellaneda, gobernable y posible. No lo defiendo como administrador, en los ´90 dejó un PAMI con agujeros por todos lados que gente con marcada vocación renovadora, como Graciela Ocaña, tuvo que limpiar no sin fuertes resistencias. Sin embargo, no hizo una gestión mala en provincia de Buenos Aires, cuando la provincia fue beneficiada con fuertes fondos de coparticipación y se destacó por la construcción y la obra pública.

Además de estas cosas, creo que no va a llevar más adelante la política vengativa y revanchista de la historia.

¿Es el mejor candidato? No lo creo. Antes votaría a Urtubey, a Massa o a Macri. Pero ellos no se presentan y tengo que elegir... Tengo que elegir, a conciencia, lo que crea mejor para mi país y para las 40 millones de personas que viven en él. Acá mis motivos.


Lo miro de nuevo y con un sano respeto democrático y republicano, le pregunto: "¿Y vos? ¿A quién votás? ¿Por qué?"